Muy interesante película para quienes quieran revivir el festival mexicano más sonado - el único, por cierto- que tuvo lugar el 11 y 12 de septiembre de 1971. Unos años antes había sido en Estados Unidos de América el Festival de Woodstock, en 1969, con la experiencia de haber tenido comentarios negativos por el uso de substancias prohibidas en ese entonces. Pero repitió el esquema.
El filme es el intento de revivir la emoción de pensar y organizar un festival lleno de improvisación, que salió bien en lo musical y pésimo en cuanto a la carrera de autos que habían intentado.
Se reúnen unos amigos para realizar un proyecto muy loco, que fue creciendo y los dejó muy atrás. Justino Compeán y el Negro desean iniciar un proyecto que casi se les sale de las manos. Es interesante la forma que tienen de ir combinando las ayudas, peticiones de subsidio y finalmente llegar al encuentro automovilístico que nunca se celebró. Justino es interpretado por Emiliano Zurita, el otro es Alejandro Spitzer. Es enorme la cantidad de grupos que se mencionan y van interpretando sus rolas: Dug Dugs, Enigma, Three souls in my mind, Peace and Lov, Tinta Blanca, El Ritual, División del norte, entre otros grupos, capturan el interés de los amantes del rock duro, de todas las edades, cabe resaltar que lo que hoy se considera metal, ya empezaba a escucharse con estas bandas.
Producida por José Ramón Florez, Loris Cerrone y Miguel Blasco. El elenco es muy numeroso, por lo que no lo anotamos, incluyendo al famosa Avandarita, chica que se quitó la ropa por que le estorbaba para bailar.
Para que la gente con canas recuerde a sus grupos favoritos y para que los jóvenes conozcan la música con que sus papás o abuelos se enamoraron. Vale la pena el filme: con sus momentos de buen humor.
Es de reciente estreno y se puede ver en la cadena Cinépolis, así como en plataformas digitales.