Hasta qué punto puede cambiar la movilidad urbana una batería que se carga en 72 segundos?

La autonomía ha dejado de ser una barrera para la adopción masiva del coche eléctrico (el Toyota bZ4X supera los 500 km homologados).

Pero actualmente subsisten tres problemas:

1.Tiempo de carga del auto eléctrico actual. Nos lleva horas la recarga.

2.Acceso a Puntos de Carga. No existen tantos como gasolineras, una situación que se agrava a medida que nos alejamos de las grandes ciudades.

3.Potencia del punto de carga. No todos tienen las mismas especificaciones.

No es de extrañar que los híbridos sigan siendo la opción preferente para los que buscan un vehículo electrificado.

¿UNA BATERÍA QUE SE CARGA EN ALGO MÁS DE UN MINUTO?

Recientemente han surgido soluciones de baterías intercambiables, pero la mayoría de los esfuerzos se centran en encontrar tecnologías que permitan equiparar los tiempos de carga.

Con ese objetivo, el ex piloto y director de escudería Benoît Morand se decidió a crear una startup con la que afirma haber desarrollado una batería capaz de cargarse en algo más de 1 minuto. 

En concreto, y según la propia empresa MorandeTechnology, la batería se recarga al 80% en 72 segundos, al 98% en 120 segundos y al 100% en 150 segundos.  

La startup suiza afirma que en poco tiempo podría rebajar la carga completa de su batería a la cifra mágica de 72 segundos.

No es la primera vez que este tipo de solución basada en supercondensadores muestran su potencial para la recarga.

Señalando que tiene ventajas adicionales:

1.Menor uso de litio o cobalto,

2.Mayor resistencia a las temperaturas extremas, y

3.Menor degradación con el paso de los ciclos.

BATERÍAS DE MENOR CAPACIDAD PARA AJUSTARSE A LAS NECESIDADES DE LA MOVILIDAD URBANA

Toyota apuesta por baterías con menor capacidad y más ajustadas a las necesidades reales del día a día urbano.

Estas baterías menores son también más baratas, algo fundamental para que el coche eléctrico pueda convertirse en un producto de masas.

Morand reconoce que su batería es aún muy costosa, aunque ya se está trabajando con un socio comercial para escalar la producción y poder reducir el coste, introduciendo la tecnología del supercondensador. Cuenta además con la ventaja de su mayor duración de vida útil (50.000 ciclos, 10 veces más que una batería de ión-litio común), lo que haría más rentable aún la tecnología.