Un estudio señala que en 2035, el 99,8% de estos vehículos serán más baratos de operar, mientras que podrán realizar las mismas tareas en un tiempo similar. La investigación señala que la carga que podrán transportar lo mismo que un diésel, ya que el peso del vehículo no será un problema grave.

La Unión Europea debe fijar unos objetivos más ambiciosos para reducir las emisiones del transporte del 65% en 2030 para los fabricantes. Así, calculan que podría haber 1,3 millones de camiones eléctricos más en las carreteras.

Renault arranca a usar baterías de sodio, mucho más baratas

El Grupo Renault proyecta utilizar estas nuevas baterías de sodio no en coches de la propia marca Renault, sino en modelos de Dacia. De hecho, con esta tecnología se podrían plantear un ‘restyling’ del Spring para que sea un coche eléctrico todavía más barato.

O sencillamente, empezar una estrategia compuesta por más modelos eléctricos de corte económico, mientras que las baterías LFP y baterías NCM queden para modelos Renault con prestaciones mejores y precios más elevados.

Un auto eléctrico costará igual que uno convencional en 2035

En 2022 se vendieron 1 millón 94 mil unidades, de los cuales solo 0.5% fueron eléctricos, aunque las ventas de estos vehículos cero emisiones. Puede parecer poco, pero en el 2016 se vendieron solo 254 autos eléctricos en México, en el 2020 creció a 449, y en el 2022 alcanzó 5,631 unidades, de acuerdo con datos de la AMDA.

Sin embargo, según expertos, se considera posible que en el 2035 los precios de los eléctricos se aproximen a los de los autos de combustión interna y que eso impulse aún más el uso de los cero emisiones

Salir de la ciudad en coche eléctrico, misión imposible

Es difícil circular con un coche 100% eléctrico, sobre todo fuera de las grandes urbes.

El principal motivo son los limitados puntos de recarga situados en zonas interurbanas. Al cierre de 2022, había en España unos 7.801 puntos de acceso público en las carreteras, lo que representa el 43% de la red nacional, según los últimos datos publicados por ANFAC. El 72% de estos puntos tienen potencias máximas de 22 kW, es decir, son de carga lenta, lo que supone “una barrera para el consumidor” a opinión de la asociación empresarial. Las baterías tienen cada vez más autonomía, pero el miedo a quedarse sin carga en recorridos largos o de tener que esperar horas para ‘repostar’ aún ahonda entre los conductores.

Todavía hay hasta 40 zonas de más de 100 kilómetros sin ningún punto de recarga de acceso público de al menos 250 kW.