Este fin de semana fue de fiesta, recuerdos y altares de muertos para todos nuestros seres queridos que se han adelantado donde el ayuntamiento de Querétaro así como también el Gobierno del Estado de Querétaro, se dieron a la tarea de ayudarnos a conservar esta antigua tradición Mexicana, en la que recordamos a cada uno de nuestros familiares y amigos por medio de altares adornados con vistosas flores de cempasúchil, retratos de ellos, y algunos, poniendo las comidas que ellos acostumbraban comer y fueran de su mayor gusto como el mole, quizá pulque, o una botella de Tequila, posiblemente en un caso más sencillo una cerveza, o simplemente un vaso con agua de horchata o jamaica, pero lo importante de estas fechas es no dejar en el olvido a nuestros seres queridos. Desde el GRUPO CENTENARIO queremos recordar a nuestros compañeros que se han adelantado y toda su vida la dedicaron al taxi como buenos servidores públicos, y para no ser omiso de algún nombre, mejor mencionar a TODOS los taxistas difuntos, los que se llevaron grandes historias en su memoria, de vivencias, aventuras, anécdotas, y tantas cosas que solo un taxista puede vivir, como por ejemplo, la anécdota de la mujer que salía cerca del panteón pidiendo el servicio de taxi, haciendo la parada al que pasara en ese momento, diciendo que la llevara a una dirección, y llegando al lugar indicado, le decía al chófer que la esperara un momento para entrar por el pago correspondiente, pero después de un largo rato y al ver qué no salía, el chófer descendía de su unidad para tocar en la puerta donde se había metido la mujer, llevándose una gran sorpresa cuando salía alguien más del domicilio preguntando que se ofrecía y al comentar lo sucedido el taxista a la persona habitante en el domicilio, le decía que era su hija, la cual ya tenía algunos años de haber fallecido, era tal la sorpresa, que algunos recibían esta noticia de haber llevado en su taxi a un espíritu y no a una persona.